Ufff, miles de cosas pasaron desde la última vez.
Pasé mi cumpleaños en un pozo, no depresivo sino de petroleo, aunque llevó a eso por un rato.
El invierno emocional me hizo olvidar de la magia del verano. No te busqué más en mis recuerdos. La adrenalina del encuentro no quiso aparecer más y mutó a una pequeña alegría por los logros profesionales. Todos los tonos de gris fueron pasando estas semanas, hasta que un rayito de luz multicolor se abrió paso los últimos días.
Por fin en mi casa con mi gente recordé lo maravilloso de tenerlos a mi lado, esas tardes de mateada y noches de juerga. Asados y fernet, confesiones y carcajadas, abrazos y mimos, y obviamente las pastas de la nona.
Lástima que fueron solo 4 días locos, que me devolvieron las ganas y me hicieron acordar cuanto me quieren. Solo quería agradecerles haber dejado todo para mimarme estos días, en especial vos y tus rulos.
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